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YPF facilita su red de Estaciones de Servicio para descanso e higiene de camioneros en todo el país

Tras una reunión con autoridades, el Presidente de YPF, choferes y empresarios de transportes, se avanzó en acciones conjuntas para “cuidar y asistir” a quienes hoy se convirtieron en trabajadores imprescindibles para la cadena de abastecimiento de alimentos y medicinas.


Integrantes del gabinete nacional, la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas, la petrolera YPF y choferes de camiones, acordaron facilitar a los conductores lugares donde poder detenerse para su higiene personal, uso de sanitarios, comidas y descansos en su red de 260 Estaciones de Servicio.
El convenio establece entre otras cuestiones, proveer a los trabajadores de mercaderías comestibles las 24 horas en Estaciones de Servicio y garantizar la provisión de jabón y alcohol en gel.  

Los camioneros y transportistas son claves en este momento que nos toca atravesar de emergencia sanitaria. Igual que nosotros, tienen que trabajar para mantener cubiertas las necesidades básicas de todo el país. Llevan alimentos, bebidas, combustible y remedios para muchos más. Por eso, te pedimos que no cierres los baños de tu estación. Mantenelos limpios para que los puedan usar cuando paran a descansar. Sólo para ellos que hoy les toca poner el cuerpo a una crisis mundial”, expresaron al respecto desde la Federación de Empresarios de Combustibles (FECRA).

Este problema nos sobrepasó a todos y desde todos los sectores fueron surgiendo las necesidades, por lo cual desde nuestra entidad nos pusimos a disposición como gente que conocemos el tema y las urgencias que va teniendo en ruta un chofer de camión”, explicó a surtidores.com.ar, el Secretario Gremial de Sindicato de Camioneros, Marcelo Aparicio.
En ese sentido, se mostró conforme con la reacción de los empresarios de combustible de todo el país y sus empleados, quienes participaron de diferentes acuerdos y convenios que se llevaron a cabo en los primeros días de esta semana.

En un primer momento, el sindicato liderado por Hugo Moyano había hecho públicos numerosos testimonios de empleados transportistas que tenían dificultades en medio de sus largos viajes en las rutas para encontrar un lugar donde poder asearse, alimentarse y descansar para seguir con su trabajo.
Pero con el correr de las horas, petroleras y empresarios estacioneros profundizaron acciones que ya venían llevando adelante para poder cubrir la demanda de los camioneros en los caminos argentinos.

De esta manera, operadores de diferentes marcas se unieron para dar a conocer los establecimientos que se adhirieron a los acuerdos con las diferentes seccionales del gremio de choferes en las provincias para oficiar de punto de servicios esenciales como baños, duchas y refrigerios.

“Son cada vez más las Estaciones de Servicio que se comprometieron a darnos asistencia porque comparten la convicción de que estas iniciativas no solamente benefician a quienes conducimos un camión, sino que resultan claves para el sostenimiento de la situación de lucha contra el coronavirus y el compromiso de todos los ciudadanos”, finalizó Aparicio.

Cámaras petroleras proponen iniciar procedimiento preventivo de crisis

En una medida inédita, cinco cámaras del sector petrolero (productores, refinadores, proveedores de servicio, estacioneros y grandes empresas) pedirán al gobierno que se habilite la apertura del procedimiento que abarque a todo el personal en relación de dependencia de las empresas del sector. 

A raíz de la paralización que provocó en la actividad petrolera la cuarentena para frenar al coronavirus y la baja del barril de crudo, las cámaras empresariales que nuclean a las compañías de los distintos segmentos del negocio hidrocarburífero (productores, refinadores, proveedores de servicios y estacioneros) presentarán al gobierno la apertura de un procedimiento preventivo de crisis que abarque a todos los trabajadores en relación de dependencia de las empresas que la integran. La medida podría afectar a más de 100 mil empleados del sector.

Cada cámara le va a enviar al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, una carta solicitando el inicio del procedimiento, como parte de una estrategia coordinada que involucra a la Cámara Argentina de la Energía (CADE), la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH), la Cámara de proveedores de servicios petroleros y las distintas cámaras de estacioneros, como la Federación de Empresarios de Combustibles (FECRA), la Cámara de Expendedores de GNC (CEGNC), la Asociación de Estaciones de Servicio (AES) y la Confederación de entidades de comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA) 

EconoJournal accedió al borrador de uno de esos textos, donde se detalla que la declaración de emergencia pública forzada por la pandemia mundial “implicó a la fecha una contundente caída en la actividad económica con su consiguiente impacto negativo inmediato en el consumo de petróleo y gas en todo el país”. El freno de la actividad y las restricciones en la circulación llevaron a que la demanda de naftas se derrumbara en los últimos días entre 70% y 80%, mientras que el derrumbe de gasoil supera el 50%. 

Por otro lado, en las cartas se resalta la fuerte caída que registró el precio del barril de crudo Brent que permanece en torno a los 25 dólares. “Ese precio torna inviable cualquier proyecto de exploración, desarrollo y producción de hidrocarburos, ya sean de tipo de convencional o no convencional”, aseguran las cámaras.

En los pedidos también se recuerda que cuando se derrumbó el precio del crudo en 2008, el Ministerio de Trabajo había ordenado la apertura de un procedimiento preventivo de crisis en las provincias de Río Negro, Neuquén, La Pampa y Mendoza, pese a que aquella crisis había sido de menor magnitud con respecto a la situación actual.

El procedimiento preventivo de crisis está contemplado entre los artículos 98 y 105 de la ley 24.013 votada por el Congreso Nacional en 1991 por impulso del entonces presidente Carlos Menem. Lo que dice básicamente la ley es que si el personal va a ser afectado por despidos o suspensión masivas, se debe iniciar un procedimiento preventivo ante la autoridad de aplicación. Este mecanismo tiene como finalidad principal tratar de preservar la actividad. 

Lo que debe hacer el empleador es proponer medidas encaminadas a superar la crisis. Una vez efectuada la presentación ante el Ministerio de Trabajo, este debe evaluar si el pedido está justificado. De ser así, el empleador queda habilitado para reducir el costo laboral, ya sea avanzando con despidos con indemnización reducida, suspendiendo tareas o reduciendo horas de trabajo. No obstante, la finalidad del procedimiento no es validar automáticamente suspensiones o despidos sino brindar un ámbito de negociación entre las partes. 

De hecho, las cámaras solicitan en sus cartas que se le corra traslado a las distintas entidades sindicales que representan a los trabajadores. Fuentes sindicales confirmaron a EconoJournal que están al tanto del pedido y que el objetivo es montar un ámbito de negociación para alcanzar una solución de manera conjunta.

Coronavirus: la industria petrolera pedirá la apertura de procesos de crisis

La industria petrolera le pedirá al Gobierno que, como medida de emergencia, se abran procesos preventivos de crisis para las empresas de todo el sector.

El procedimiento preventivo de crisis es un instrumento legal que habilita a las empresas con severas dificultades financieras a aliviar sus costos laborales, para evitar que avancen con despidos masivos.

El objetivo es preservar los empleos. En el caso de la industria petrolera, son más de 100.000 en todo el país.

La solicitud se formalizará a través de presentaciones de las asociaciones de la actividad, cuyos borradores circulan por estas horas entre los ejecutivos del sector, antes de tener las versiones finales que se elevarán a las autoridades del Ministerio de Trabajo.

Las entidades son la Cámara Argentina de la Energía (CADE) -integrada por las principales petroleras-, la de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH), la Federación de Empresarios de Combustibles (Fecra), la Cámara de Expendedores de GNC (Cegnc), la Asociación de Estaciones de Servicio (AES) y la Confederación de Entidades de Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha). También, habrá pedidos de empresas de servicios petroleros.

Si bien es una iniciativa lanzada con puntos de común acuerdo, cada presentación se hará en forma individual a la cartera que dirige Claudio Moroni. “Será en breve , anticipa una alta fuente del sector.

El objetivo es preservar los empleos. En el caso de la industria petrolera, son más de 100.000 en todo el país.

La producción y comercialización de hidrocarburos, explican en una de las principales productoras, está bajo stress varios factores. Dos de ellos, son exógenos: la baja del precio internacional del barril, secuela de la guerra comercial que, a inicios de mes, mantuvieron Rusia y Arabia Saudita, y la crisis que desató la pandemia global de coronavirus.

“Pero hay otro factor, endógenoel parate económico que se produjo por la cuarentena , apunta.

La producción y comercialización de combustibles fue considerada actividad esencial por el decreto con el que Alberto Fernández declaró la cuarentena. Es decir, está exceptuado del freno que sufrieron otros sectores.

Sin embargo, en la industria petrolera, apuntan contra las complicaciones operativas y financieras que significa que los bancos no funcionen con normalidad.

Si bien están habilitadas las transacciones electrónicas, más del 50% de la venta de combustibles se hace en efectivo. “Sin bancos abiertos, no hay forma de depositar la recaudación de muchas estaciones de servicio , explican en el sector.

Esto, advierten, hace que muchas empresas ya estén financieramente al límite. Por eso, también le pedirán al Gobierno que declare a la banca como servicio esencial. “Si no, se cortará la cadena de pagos , alertan.

El año pasado, la producción de petróleo ascendió a 29,5 millones de metros cúbicos (m3). Un promedio de 80.790 m3 diarios, 4% más que en 2018, según datos del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG).

En la industria petrolera, apuntan contra las complicaciones operativas y financieras que significa que los bancos no funcionen con normalidad. “Sin bancos abiertos, no hay forma de depositar la recaudación de muchas estaciones de servicio , explican en el sector.

Sin embargo, la perforación bajó 12%: 905 pozos terminados, contra 1030 que se habían hecho el año anterior. Según Baker Hughes, una de las principales firmas de servicios del sector, la cantidad de equipos activos cayó de 55, en diciembre de 2018, a 44, en septiembre pasado.

Hubo un punto de inflexión claro: la firma, el 15 de agosto, del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 566, que congeló el precio interno de los hidrocarburos en u$s 59 por barril, a un tipo de cambio fijo de $ 45,19. En esos días, el valor internacional era de u$s 58 y el dólar cotizaba a más de $ 57. Un golpe grave a las finanzas de muchos proyectos de Vaca Muerta.

El desplome del precio internacional que se produjo a inicios de marzo –se derrumbó a la línea de los u$s 30– agregó más incógnitas a la ecuación.

La Administración de Alberto Fernández, además, mantuvo el congelamiento de precios al mercado doméstico.Camioneros también podrán parar en las estaciones de YPF

A la agonía que ya sufría Vaca Muerta, ahora se suma el desolador horizonte que se vislumbra por las consecuencias económicas del coronavirus, tanto en el país como en el mercado internacional.

Por lo pronto, “el freno de la actividad y las restricciones en la circulación llevaron a que la demanda de naftas se derrumbara en los últimos días entre 70% y 80%, mientras que el derrumbe de gasoil supera el 50% , se lee en uno de los borradores, citó el portal especializado EconoJournal.

En ese texto, además, se subraya que un barril Brent en torno a los u$s 25 hace “inviable cualquier proyecto de exploración, desarrollo y producción de hidrocarburos, ya sea de tipo convencional o no convencional .

Se recuerda, además, que, cuando se derrumbó el precio del crudo, en 2008el Ministerio de Trabajo habilitó los procedimientos de crisis en las provincias de Río Negro, Neuquén, La Pampa y Mendoza.

Ante la caída de ventas, las estaciones de servicio analizan pedir ayuda al Gobierno

Hoy el Gobierno decidió incluir a las actividades y servicios declarados como esenciales dentro del Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción, que hasta hace unos días se encontraban excluidas del decreto.

Modificando el artículo 4 del Decreto 347/2020, el Ministerio de Desarrollo Productivo aclaró que: “Atendiendo a especiales circunstancias que hubieran provocado alto impacto negativo en el desarrollo de su actividad o servicio, los referidos sujetos podrán presentar la solicitud para ser alcanzados por los beneficios previstos en el presente decreto”.

En ese escenario, las entidades empresarias que reúnes a 4.800 estaciones de servicios en todo el país, celebraron la decisión del Gobierno y analizan la posibilidad de poder ingresar al programa de asistencia.

“Vemos positivo el decreto publicado hoy en el Boletín Oficial que crea un comité para evaluar a empresas con servicios esenciales que quedaron afuera del programa”, manifestó el presidente de la Confederación de Entidades de Comercialización de Hidrocarburos y Afines (CECHA), Gabriel Bornoroni, en declaraciones a Télam.

La semana pasada, CECHA publicó un comunicado expresando su preocupación por la situación crítica que atraviesa la industria y mostró su malestar por aparecer excluidos dentro del DNU.

“El sector viene manteniendo un esquema de precios congelados desde hace 6 meses, una decisión que apoyamos para colaborar con las medidas económicas del nuevo Gobierno. Hoy, el aislamiento social obligatorio trajo una caída estrepitosa de más del 90 % en las ventas. Es como si estuviéramos cerrados, pero tenemos que seguir operando”, señaló Bornoroni.

En tanto el presidente de la Federación de Empresarios de Combustible (FECRA), Vicente Impieri, valoró que el Gobierno haya incluído los servicios esenciales al programa de ayuda y resaltó que “las estaciones de servicio son Pymes, ya que en promedio cada estación tiene alrededor de 15 empleados”.

“Somos uno de los pocos rubros abiertos las 24 horas en esta pandemia que afecta al mundo, cargando combustible a las fuerzas de seguridad, a los médicos, a los enfermeros, a los que transportan alimentos y remedios, entre otros, para que todos puedan desarrollar su actividad como la ocasión lo requiere”, subrayó.

Asimismo, la FECRA publicó hoy un comunicado celebrando que “luego de haber mandado notas en nombre de “Expendedores Unidos” desde el Presidente de la Nación a los ministros de Producción, Economía y Trabajo, aparece una luz de esperanza al fin del camino”.

“El ministro Moroni se agendó un llamado personal conmigo en los próximos días para llevar calma a nuestro sector y seguramente explicará cómo continuará el procedimiento para acceder a los beneficios fiscales a las Pymes. De esta manera, confirmamos que la unidad del sector estacionero es la mejor defensa de nuestros intereses y así enfrentar a esta situación extraordinaria por la que atraviesa el país”, concluyó la carta de Impieri.

Estaciones de servicio, la brida más débil de la cadena

Por la cuarentena, cayó 90% la venta de combustibles. Cómo le pelean los estacioneros a la crisis. Por qué dudan que muchas de las 4800 bocas que hay en el país sobrevivan al coronavirus.

Hugo Cavallero tiene 73 años. En algún tiempo de su vida, fue canillita. De ahí que, “si me falta el diario, me falta todo”, cuenta. Pero, desde hace casi medio siglo -48 años, para ser exactos-, su negocio, su vida, son los surtidores. Tiene dos estaciones de servicio: una, en Villa Domínico; la otra, en Wilde. Las dos, bajo bandera de YPF. Las administra con sus hijos. Los dos, contadores; uno está a cargo de cada una.

La de Wilde está en el cruce de la avenida Ramón Franco con Polonia. “Hace 47 años que estoy en la misma esquina”, saca pecho. Sobrevivió a todas las crisis desde entonces. “Pensé que la de 2001, con los patacones y demás, era la peor. Pero esta, seguro, es la más brava”, asegura.


Buscar “Ramón Franco y Polonia” en Google Maps arroja la imagen de una estación de servicio desbordada de autos, que entran y salen. Una foto muy distinta al brusco contraste que muestra, hoy, la realidad. El decreto de cuarentena y aislamiento social obligatorio, que empezó a regir a las 0 horas del viernes 20 de marzo, puso a más de 4800 estaciones de servicio de todo el país en una “situación crítica”, alertó la semana pasada la Confederación de Entidades de Hidrocarburos (Cecha), integrante de “Expendedores Unidos”, mesa a la que también se sientan la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (Fecra), la Cámara de Expendedores de GNC (Cegnc), la Asociación de Estaciones de Servicio (AES) y la de Operadores de YPF (AOYPF).

“Establecido como ‘esencial’ para el funcionamiento del país, (el sector) opera hoy de manera normal para garantizar el abastecimiento de otros servicios eximidos del aislamiento pero con caídas de un 90% en sus ingresos y sin llegar a cubrir los costos operativos”, agregó el comunicado. “Es como si estuviéramos cerrados pero tenemos que seguir operando”, definió Gabriel Bornoroni, presidente de Cecha.

Son, advirtió la cámara, más de 60.000 empleos en situación de alta inflamabilidad. Un superviviente

“Este sector es como un servicio público: estás las 24 horas, los 365 días del año. Si estuviéramos cerrados, no andaría nada: patrulleros, ambulancias, el transporte de mercadería… Si el camión no tiene combustible, ¿cómo va a ir?”, retoma Cavallero, quien es vicepresidente primero de Fecra.

En los últimos 15 años, cerraron cerca de 2000 estaciones de servicio en el país. De las alrededor de 5000 que todavía funcionan, sólo 400 son propias de las petroleras. El resto pertenece a empresarios que, en su mayoría, son pequeños y medianos. El parate económico que detonó la llegada del coronavirus a la Argentina los dejó con pocas armas para defenderse frente a la pandemia. Al menos, en lo financiero, mientras dure la cuarentena.

“Nos convendría estar cerrados, pagando el 20 ó 30% de los sueldos”, reconoce Cavallero.

Sin embargo, eso no ocurre. Entre sus dos estaciones, Cavallero emplea a 43 personas. Por sugerencia del Gobierno -y de las mismas petroleras-, mantuvo una guardia mínima: un playero por turno en vez de dos y la tienda Full, al no poder funcionar, opera con una sola persona, cuando lo normal sería un encargado del local y dos empleados. Así, rota a su plantel. “Por día, casi 30% del personal es el que está operativo. Y el resto descansa un día y trabaja dos”, describe cómo funciona el mecanismo.

Sin embargo, a esos engranajes, se les está agotando el aceite. “Estamos con el gasto de todo el año y facturando el 10%”, dice. En los primeros 10 días de marzo, una de sus estaciones de servicio vendía un promedio de 14.500 litros diarios. La semana pasada, no llegó a los 2500. Lo mismo ocurrió en la otra: cayó de 10.500 a 1800 litros diarios.

“Estamos mal. La rentabilidad era del 2/3%. Ahora, nada”, agrega Cavallero. Un producto de combustible le deja al estacionero un margen bruto de entre 8% y 9%, amplía. “Con eso, me tengo que hacer cargo de todo”, sigue.

Buena parte de ese “todo” son impuestos. “ABL, que en Avellaneda subió mucho; el inmobiliario; la tasa de seguridad e higiene, que se paga sobre los sueldos, Ganancias…”, enumera.

El otro ítem relevante son los salarios. “Venimos de una paritaria que está dentro de las cinco mejores del país: 55% y, después, nos agregaron un bono, con el que casi llegamos al 70%. Desde noviembre, el combustible no aumentó y, en esos cuatro meses, hubo una inflación del 14%”, resume. Desde el 1º de febrero, la escala salarial del gremio de estacioneros tiene un piso en torno a los $ 41.000 (operario auxiliar). Como en el cuerpo humano, también en la economía, el coronavirus afecta con mayor severidad a quienes tienen patologías preexistentes.

“No llegás a aguantar el 40/50% de los sueldos. Ni hablar, de todo lo demás”, se lamenta. Desde su época de canillita, admira a Héctor Ricardo García, fundador de Crónica. Recuerda que, en una entrevista, “El Gallego” admitió haber acumulado deudas previsionales e impositivas para cumplir con los salarios. “Para mí, el sueldo es lo primero. Con la gente, compartimos mucho. Estamos todo el año. Hacen el trabajo que uno hizo toda la vida…”, justifica Cavallero.

“Intentaremos cumplir con todos. ¿Cómo? Y… hay que sacar de los ahorros. Uno siempre fue un poco conservador: hoy estás bien; mañana no. Pasamos de todas. Tomás precauciones”, reflexiona.

Cavallero expende a consignación, por orden y cuenta de YPF. “Me da una bonificación por lo que vendo (IVA e Ingresos Brutos)”, describe. En esta situación crítica, la empresa también le otorgó flexibilidades, como ciertos cánones y compromisos del programa de fidelización Serviclub. “No está exigiendo los pagos porque sabe que no vendemos”, cuenta. Pero sabe que su proveedor tampoco atraviesa por el mejor momento. “Hoy, YPF vale nada más que u$s 1000 millones. Cualquiera hace una vaquita y se la compra. ¿Qué le voy a pedir?”.Fuera de servicio

“Llegar al negocio y verlo vacío es triste. Genera mucha tristeza”. Hernán Landgrebe tiene 47 años. Hace 17 que se metió en el comercio de combustibles. Empezó a administrar una estación de servicio que construyó su suegro. Hoy, posee tres. Todas, de Shell, en zona Sur: Berazategui, Banfield y Lanús. Emplea a 70 personas.

“No entra gente. Las estaciones están limpias, vacías”, describe. “A la noche, no hay ventas. Entre las 10 de la noche y las seis de la mañana, a lo sumo, entra un auto”. Uno de sus expendios trabaja con cuentas corrientes de transportistas. “No hay movimiento de camiones. Ninguno”, subraya.

“Este es un negocio en el que hay que estar las 24 horas, con mucho caudal de gente, estructuras grandes. Sostener todo eso cuesta mucho”, advierte. “Con estos volúmenes de ventas, no se sostiene”, vaticina.

“Todo el capital de trabajo es nuestro. Financiamos la tarjeta de crédito, las cuentas corrientes… Compramos el combustible y lo vendemos. Se lo pagamos a las petroleras y, después, comercializamos”, explica Landgrebe.

Se calcula que, en el país, el 50% de las ventas de combustibles se hace en efectivo. Con lo cual, haber tenido bancos cerrados por la cuarentena tensó al extremo la cadena de pagos, ante la imposibilidad de depositar la recaudación, incluso, de las propias estaciones de las petroleras. En una de las tres cadenas más grandes, cuentan que un estacionero del interior montó todo un operativo logístico y de seguridad para acreditar, vía cajero automático, cerca de $ 2 millones. Monto que insumió varias horas y extremó la capacidad de almacenamiento del dispositivo. Pero esa cifra, para este negocio, es moneda diaria.

“Equivale a un camión y medio. La estación que menos vende son 200.000 litros y la que más, 1,2 millón (por lo general, las de autopistas o General Paz, que son de las petroleras). Pero, según el volumen, pueden recibir entre un camión diario, uno cada día y medio y uno cada tres días”, ilustra una fuente del sector.

“Con la venta de cigarrillos, que sigue funcionando, algo del efectivo se puede licuar. Pero poco. Y sueldos, impuestos, combustible, se paga por banco”, dimensiona Landgrebe la dificultad. “Muchos gastos, hoy, se cubren con las acreditaciones de la tarjetas, que se hace a 10 días hábiles. Eso se va girando a nuestra cuenta y, de ahí, movemos cheques y pagamos”, explica. Hasta ahora, contó con ese recurso por las ventas hechas antes de la cuarentena. “Falta menos de una semana para encontrar el fondo de esa olla. En cinco o seis días, se acaba. Y, ahí, uno se comió todo su capital de trabajo”, augura.

Al haber bajo consumo de combustible, la mayoría de las estaciones estaba abastecida, explican en el sector. “No estamos reponiendo. Pero, a futuro, habrá que analizar alternativas. Esto será muy difícil de revertir. Al afrontar todo esto con nuestro capital, cuando haya que financiar de nuevo cuentas corrientes y tarjetas de crédito, sin ayuda de las petroleras, será difícil”, avizora Landgrebe. Calcula que, hasta el fin de la cuarentena –el próximo lunes, por ahora- deberá recibir (y pagar), como mínimo, otros cinco camiones de combustible.

El Covid-19 atacó en un momento especial para el negocio. El año pasado, el consumo de naftas premium cayó 14,3% y el de diésel, un 3,36%. Las de naftas súper subieron 3,52% y las de gasoil, 8,14 puntos. “Venimos de años que no fueron buenos. Con paritarias altísimas. Pensábamos que, a partir de marzo, íbamos a poder recomponer un poco nuestro negocio. Pero llegó esto”, dice Landgrabe.

“Hasta el día 19 ó 20, en marzo, hubo tres semanas de trabajo”, contextualiza Cavallero. “Enero y febrero, siempre, son meses en los que todo cae 20/25%. Marzo recuperaba y ya, abril, era mes pleno de recuperación”, describe el ciclo de su negocio. “Pero ya, después del 20, se acabó”, sentencia.

“Marzo ya está cubierto. Las que tienen espaldas podrán pagar los sueldos sin problemas. Pero, a las que no, se les hará imposible. Hay un 40% de estaciones de servicio que llegaron a fin de mes que no podrá pagar los sueldos. Muchas se van a comer su capital de trabajo para sostener esta situación”, avanza.

“Abril es lo que me preocupa. Mi miedo es que, cuando esto se revierta, habrá algunas estaciones que no van a poder volver a abrir”, asegura.

Inicialmente, los estacioneros, la brida más débil de la industria petrolera, alzaron la voz porque habían sido excluidos de los sectores que gozarían de alivios fiscales por el impacto de la cuarentena. Este lunes, el decreto 347, firmado por Alberto Fernández, encendió una luz de esperanza. Modifica al 332, que definió cuáles son los sectores con beneficios impositivos por la crisis. El nuevo decreto habilita a aquellas industrias consideradas “esenciales” a las que, no obstante, la crisis sanitaria “hubiera provocado alto impacto negativo en el desarrollo de su actividad o servicio” a “presentar la solicitud de ser alcanzados por los beneficios previstos” en el anterior.

“Sin esa ayuda, muchas estaciones, el día 1 después de la cuarentena, van a estar cerradas”, advertía Cavallero, horas, minutos, antes de que el Boletín Oficial informara sobre la nueva rúbrica presidencial.

Expendedores solicitarán al Banco Central la acreditación del pago con tarjetas en un plazo de 48 horas

El pedido será impulsado por FECRA. El argumento de la entidad es el estado de crisis por la que atraviesa el sector a raíz del asilamiento obligatorio, con caídas en las ventas del orden del 90 por ciento.

“Vamos a solicitar que la acreditación sea en 48 horas de todas las modalidades de pago, débito y crédito”, anticipa a surtidores.com.ar, Vicente Impieri, Presidente de la Federación de Empresarios de Combustible de la República Argentina (FECRA).

El pedido será realizado por la propia entidad de expendedores durante la jornada de hoy, ante el Banco Central y las entidades bancarias.

El argumento que expone Impieri es que, tras la fuerte caída en las ventas, el capital que se fue acreditando de pagos anteriores con tarjetas de crédito ya se licuó en gastos corrientes.

Hasta el momento el pago con tarjeta de crédito se efectúa a los 10 días hábiles. La comisión que se queda el banco es del 2 por ciento. Y por el pago con débito es del 0,9.

Según los expendedores, desde la aplicación de la cuarentena obligatoria, a partir del pasado viernes 20 de marzo, las ventas han caído en torno al 90 por ciento.

Desde ahora en más necesitamos que en 48 horas se acredite lo que vendemos, porque el 50 por ciento de los consumos que se nos hacen son con tarjetas de crédito”, advierte el dirigente de FECRA.

Por otra parte, Impieri destaca la decisión del Gobierno nacional por analizar su inclusión a la ayuda salarial que autorizará para el sector PyME, aunque implora una definición.

Estacioneros piden al gobierno que los autorice a reponer stock de cigarrillos

Sostienen que hay faltante de este producto que en la actualidad representa hasta el 95% de los ingresos en los minimercados de las estaciones de servicio. 

A partir de la abrupta caída en el despacho de combustibles y GNC –se estima que el derrumbe llega al 90% -, los dueños de las estaciones de servicio agrupados en la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (FECRA) enviaron una carta al Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, en la que solicitan que se les autorice volver a vender cigarrillos en sus minimercados.

En la nota, la FECRA señala que además de lo que sucede con el despacho de combustible, “la actividad durante la cuarentena se han visto también afectadas por una profunda caída de ventas en los minimercados a partir del aislamiento obligatorio. Esta merma es de hasta un 70% de las ventas con respecto a la facturación previa al aislamiento obligatorio decretado por el Poder Ejecutivo”. Agregan que en el caso de los minimercados, “al no haber atención al público, los cigarrillos son casi el único producto que se vende y, en consecuencia, es una de las pocas fuentes de dinero en efectivo para el sector. Por esta razón, la participación de los cigarrillos sobre las ventas totales de los minimercados, que antes de la cuarentena era de entre 30% y 50%, hoy oscila entre un 80% y 95% de los ingresos de los minimercados de las estaciones establecidas en la Provincia de Buenos Aires”. 

A continuación, los estacioneros afirman que “por la importancia relativa de los cigarrillos en la supervivencia de las estaciones es que la Federación expresa su profunda preocupación frente al faltante de este producto esencial en los comercios”. 

La misiva concluye solicitando “que se garantice el abastecimiento de uno de los insumos que consideramos necesarios para nuestra supervivencia, como los cigarrillos, dinamizadores de la actividad económica en estos días tan difíciles que nos tocan atravesar”.

La FECRA agrupa a empresarios PYME de las más de 2.000 estaciones de servicio de la Provincia de Buenos Aires, que emplean a más de 30.000 trabajadores y trabajadoras.

Para las empresas la baja del petróleo no mermará el precio de los combustibles

A pesar del derrumbe del crudo, las tarifas locales se mantendrán estables

El Gobierno nacional, las provincias productoras de hidrocarburos y las compañías petroleras continúan negociando un precio local para el crudo, conocido en la industria como barril criollo, por lo cual se descartaba un eventual impacto inmediato en los valores del combustible a pesar de la histórica caída en la cotización del petróleo WTI, que cerró por primera vez en valores negativos.

“El WTI no es el precio de referencia de la Argentina, sino que es el Brent del petróleo del Mar del Norte que dentro de todo se mantuvo en torno a los US$ 25 en las últimas jornadas, frente a la caída del WTI estadounidense o el crudo canadiense que registran un descontrol”, graficaron desde una de las petroleras que participan del diálogo con el Ministerio de Desarrollo Productivo.

Como parte de esa negociación las compañías dejaron trascender en las últimas horas un borrador del eventual decreto en el que se planteaba la posibilidad de acordar un barril criollo a US$ 45, y el establecimiento de retenciones variables de acuerdo a las oscilaciones de precios internacionales.

Esa discusión comenzó, incluso, previo al 20 de marzo cuando el Gobierno nacional dispuso el aislamiento social obligatorio que provocó un derrumbe de la demanda local de combustibles de hasta el 90% en las estaciones de servicio, con su consecuente efecto en las áreas petroleras que redujeron el flujo de crudo y en las refinerías que debieron comenzar a operar al mínimo técnico.

Contrario a la expectativa de quienes afirman que la baja del WTI debe verse reflejada en los combustibles locales, el titular de la Federación de Empresarios de Combustibles (Fecra), Vicente Impieri, explicó que “el contexto inflacionario y la carga impositiva del litro de nafta no permite una baja inmediata en el precio local de los combustibles en línea con lo que pasa con el barril internacional”.

Quienes no opinan lo mismo son las empresas que integran la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC), las que este lunes expresaron que “no existen motivos para que los precios no bajen y que sería vital para contener una economía local en crisis”.

“Frente a la histórica baja de los precios internacionales del petróleo el precio del gasoil en Argentina se encuentran en torno a un 30% más caros de lo que debería, y plantea la urgente necesidad de rediscutir y recrear una mejora sustancial del esquema de precios del combustible surgido a partir de octubre de 2017” afirmó la entidad al referirse a la adecuación local a los precios internacionales alcanzadas en esa fecha.

La falta de cigarrillos comienza a resentir las ventas de las Estaciones de Servicio

Desde el 20 de marzo pasado, cuando se empezó a aplicar el Aislamiento Social Preventivo Obligatorio –ASPO-, para mitigar el avance del Coronavirus COVID-19, muchas actividades cerraron sus puertas, entre ellas las fábricas de tabaco.

La cuarentena se flexibilizó paulatinamente, permitiendo que algunos sectores se reactivaran, pero aquello no sucedió para la producción de tabaco. Al día de hoy estas fábricas siguen sin abrir.

La Cámara de la Industria del Tabaco (CIT) exhortó a autoridades nacionales y jurisdiccionales para que exceptúen su actividad, pero no obtuvieron respuestas favorables.

Como consecuencia de ello, Hugo Cavallero, vicepresidente de FECRA, asegura en diálogo con surtidores.com.arque al día de hoy sólo reciben el 10 por ciento de los pedidos respecto al 1º de abril.

“A nosotros esto nos repercute en las ventas porque, al tener los locales cerrados sólo abiertos para la venta de paso, el 90 por ciento de lo que comercializamos son cigarrillos y eso atrae consumos paralelos”, indica el dirigente de FECRA y remata: “Perder estas ventas en este momento tan difícil se hace muy duro para la recaudación”.

Cavallero cuenta que desde los primeros días de abril ya empezaban a observar restricciones en la provisión. Tanto Massalin Particulares como British American Tobacco, tabacaleras que lideran el sector, empezaron a reducir las entregas o a poner condiciones en las ventas.

Esto encendió luces de alarma en las Estaciones de Servicio y se plegaron al pedido de las tabacaleras solicitando a que puedan volver a operar. Desde FECRA enviaron notas al gobernador bonaerense Axel Kicillof, al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y al ministro de Producción, Matías Kulfas. Allí solicitaron la reapertura de las fábricas de cigarrillos respetando protocolos sanitarios.

Según pudo saber este portal de noticias, una de las dos empresas que lideran el sector tabacalero ya inició gestiones para importar producto y suplir parcialmente esta faltante que ya afecta a muchos puntos del país.